Somos lo que comemos

Definitivamente, lo más importante para tener en cuenta en esta etapa de los 50 es una buena alimentación… si, ya lo sé.. algo voy a  hablar del tema! Si!!! Y es que después de haber hecho una gran cantidad de dietas y de comer esto o aquello, porque es bueno para… o malo porque… la verdad es que me puse en serio a leer, y dejar de estar probando una y otra vez.  He logrado llegar a entender a mi «segundo cerebro» que es el intestino. Hay casi tantas neuronas en el tubo digestivo como en el cerebro! Y yo sin saberlo… Pero la verdad es que nos sentimos mejor cuando logramos conectar el sistema nervioso con el aparato digestivo y hasta somos mejores personas.

He leído a Giulia Enders, una joven doctora alemana microbióloga y gastroenteróloga: «La digestión es la cuestión» un libro fácil y entretenido en el que se explica al fin (para ciudadanos «normales» de a pie como yo) temas como que el sobrepeso, las depresiones y las alergias estan estrechamente relacionados con una alteración del equilibrio de la flora intestinal. O dicho de otro modo: si queremos sentirnos bien en nuestro cuerpo, vivir más y ser más felices, debemos cuidar nuestro intestino. Es la clave del cuerpo y el alma, y nos aporta una perspectiva totalmente nueva… desde la puerta trasera de nuestro organismo.

Ahora sé por ejemplo, que el 95% de la serotonina (la hormona del buen humor) se encuentra en el intestino, -con razón, cuando como lo que más me gusta me siento feliz- y también que cuando tenemos mucho miedo, el cerebro espanta al intestino grueso y las bacterias intestinales tardan más en absorber los alimentos, produciendose resultados «indeseados».

Me gustan los chocolates… pero  solo de vez en cuando…

Y qué decir de los importantes prebióticos, que son fibras alimenticias que ingieren las bacterias «buenas» y que están de manera natural en alcachofas, espárragos, endivias, ajo, cebolla, centeno, avena… Ojo con la pasta, la pizza o el pan blanco porque son pobres en ellas. Y los probióticos, esas bacterias que comemos  y son necesarias para el sistema  inmunitario (yogur).

La papaya y las proteínas con verduras hacen parte de mi desayuno diario

No voy a contarlo todo en este post, vale la pena  hacer una lectura «selectiva» -dependiendo de nuestro trastorno digestivo- de esta doctora alemana que no ha hecho sino abrir las puertas de lo que para nosotros los de 50, si hubiéramos sabido antes, por lo menos yo, me hubiera evitado muchos dolores de… estómago.