Tengo un libro que puede leerse en desorden, es decir, cualquier capítulo aporta información útil para todos….Es La Cocina de la Salud escrito por tres personajes que aportan sus conocimientos en lo que a la cocina sana se refiere: Ferran Adrià (uno de los cocineros más reconocidos e innovadores del mundo), Valentín Fuster (cardiólogo galardonado en el campo de la investigación como lo es el origen del infarto del miocardio entre otras) y, Josep Corbella (periodista y asesor de ciencia y salud de distintos programas de radio, especialmente en temas de biomedicina y evolución humana), y digo que no hay que leer en orden sus 16 capítulos (que tal los títulos de algunos: Desayuno completo, Compra inteligente, Cómo guardar los alimentos, Siesta: Cómo el cuerpo humano procesa los alimentos, Comer bien fuera de casa, Los malentendidos del Alcohol, El espejo y la báscula…) porque todos contribuyen en algo a la salud.
Comparto del capítulo Poner la mesa: ¿Engorda el pan?
…“El problema del pan es que se toma en piloto automático. Se deja en el centro de la mesa y cada uno coge tanto como le apetece a medida que va comiendo o mientras espera entre plato y plato. Si al final de la comida se pregunta a cada comensal cuanto pan ha cogido, pocos serán capaces de dar una respuesta rápida y precisa: -He cogido exactamente dos rebanadas y media.-..”
El alargar la mano y coger un trozo de pan es casi una acción automática e irreflexiva, y no es que engorde especialmente! No engorda más que otros alimentos elaborados a base de cereales, lo que pasa es que no se le considera como un alimento que se toma “en lugar de” otros sino “además de” otros. Su composición nutricional es completa, compuesta en su mayoría por carbohidratos complejos, proteínas, algún mineral como fósforo y potasio, y si no tiene frutos secos o semillas, cero grasas.
Con orígenes en el antiguo Egipto, se fue extendiendo a los griegos y romanos, y así a muchos países convirtiéndose en sinónimo de comida como tal, lo que nos dice que es un alimento completo y su problema para la salud no es la calidad sino la cantidad!
Pero ojo, no todos los panes son de buena calidad, esta dependerá de los ingredientes, del proceso de fermentación y claro, horneados artesanalmente sin conservantes –para tomar en el día-, pero hoy con la industrialización se busca que el producto pueda “aguantar” más tiempo para así distribuirlo y venderlo antes de que caduque.
Lo más importante: los ingredientes que se utilizan. Los integrales–elaborados con harinas sin refinar- tienen el doble de fibra que los blancos con harinas refinadas. Pero porqué mejor el integral? Porque aportan los 25 gramos diarios de fibra que se aconsejan a toda la población y que ayudan a proteger del sobrepeso, diabetes, exceso de colesterol, cáncer de colon. (El pan blanco también tiene fibra, pero en cantidad inferior al integral!)
Y los elaborados con centeno, cebada, avena? Pues siguen la misma regla de que cuanto menos refinada es la harina, mas rico es en fibra y micronutrientes.
Pero… ajá, y cómo hace un pobre consumidor para saber que pan comprar, el mas saludable? A veces ni los propios dependientes lo saben, pero entre más oscuro es, más probable que contenga abundante fibra!!